Hernia de las crucíferas (Plasmodiophora brassicae) Woronin

Hernia de las crucíferas (Plasmodiophora brassicae) Woronin


Hortalizas que afecta: 

brócoli, coliflor, repollo, entre otras especies de la familia de las crucíferas.

Esta enfermedad ha llegado a adquirir un nivel de epidemia en la zona afectando cultivos de crucíferas siendo un parásito obligado en estos géneros.

Síntomas 

Las plantas enfermas son fáciles de reconocer, porque su crecimiento disminuye con relación a las plantas sanas; las hojas son de color verde menos intenso y presentan síntomas de marchitamiento durante las horas más calurosas del día . La raíz principal de las plantas enfermas es total o parcialmente destruida y en las secundarias se presentan engrosamientos de diferentes formas y tamaños a manera de hernias de donde se deriva el nombre de la afección, (Colhoun, 1958). La enfermedad puede manifestase en cualquier estado de su desarrollo, pero en plántulas se produce la muerte.







Diseminación 

Las esporas de resistencia de P. brassicae pueden dispersarse a través del transporte de suelo infestado por medio de herramientas, equipos, animales y seres humanos. Las esporas en reposo pueden estar presentes en el sedimento del agua del estanque, especialmente aquellos alimentados por agua lluvia y escurrimiento, donde se utiliza agua que para el riego. 

El bombeo de agua de los estanques con agua que contiene esporas en reposo es probable que propague el patógeno en los semilleros libres de patógenos y los campos. (Datnof et al., 1984). 


Manejo 

Varias prácticas culturales se pueden seguir para frenar la afección del hongo: 
• El manejo de esta enfermedad es preventivo y debe iniciar en los semilleros, construyéndolos en suelos libres de esta enfermedad y trasplantando únicamente las plantas sanas. 
• Lavar y desinfectar las herramientas de uso en el cultivo, especialmente si se van a llevar a un nuevo cultivo. 
• Conocer la calidad sanitaria del agua utilizada en el riego, para evitar la contaminación del cultivo.
• En lotes infestados, las prácticas de control son a largo plazo. Una de ellas aplicar cal al suelo, con el fin de subir el pH a valores de 7 a 7.5 con los cuales se inactiva el patógeno. La eficiencia de esta práctica depende de la calidad de la cal utilizada y del suelo. Hay suelos que fácilmente responden a la aplicación de cal, pero otros no, de ahí la necesidad de establecer la curva de encalamiento del mismo con el fin de decidir si se justifica o no su uso. El ajuste de pH se debe hacer mínimo a 6 semanas antes de establecer el cultivo



FUENTE: ICA

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